Este libro es el resultado de un ejercicio de recolección de memoria. De memoria de gentes que han poblado desde el siglo pasado la región del municipio de Pacho, Cundinamarca, y que aquí se recopilan en una rica variedad de relatos y conversaciones que atestiguan que la vida de este pueblo no ha sido la de un municipio cualquiera de Colombia. Opacada o estigmatizada por las leyendas tejidas alrededor de la vida de uno de los pachunos más notorios en tiempos recientes de Colombia, Gonzalo Rodríguez Gacha alias el Mexicano, la larga y rica historia de Pacho es prácticamente desconocida por las nuevas generaciones, inclusive las mismas que hoy lo habitan. En una especie de atmósfera macondiana en versión andina, sus tierras y gentes han sido protagonistas de eventos cruciales de la historia del país. Lo fue, por ejemplo, el origen de la industria siderúrgica colombiana del siglo xix, que al atraer un flujo migratorio importante de europeos, especialmente ingleses, franceses y alemanes, le imprimió a Pacho una marca hoy visible no solo en las ruinas que quedan de la vieja arquitectura, sino también en la fisonomía de algunos de sus pobladores que exhiben ojos y piel claros y estaturas superiores al promedio de la población mestiza. También es destacable que en Pacho se haya consolidado desde el siglo xix una industria importante de pólvora negra, que todavía sobrevive y que ha sido esencial para la explotación de vetas mineras en el centro del país y para la industria armamentista. Pocos recuerdan que hasta hace unos cuarenta años, Pacho era un centro importante de desarrollo de actividades agropecuarias y agroindustriales como el cultivo del café de exportación, cítricos y otros frutales, la producción de quesos con técnicas europeas muy apreciados por la población capitalina, el levante de ganadería brava y el desarrollo de una industria y una arraigada cultura y pasión por los caballos de paso.